La historia de una familia que por su sangre corre aceite de auto.
Moyabaca surge por una familia tradicional de comerciantes. Gustavo Moya Baca comenzó trabajando con su tío en Baca Hermanos, una importadora de autos Ford, después de unos años pasó a trabajar en Casa Baca como gerente. Al salir de esta compañía, en el año 1962, Gustavo Moya Baca decide poner su propio negocio acompañado por su hija Pia: un patio de autos donde compraba, arreglaba y vendía carros usados. Es ahí donde inicia la gran historia de Moyabaca.
En 1963 se inaugura la fábrica de llantas General Ecuadorian Ruber Company la cual ofrece a Gustavo Moya distribuir las llantas ERCO. Con el tiempo, sus otros hijos: Gustavo, Juan, Marcelo y Elsa se unen a la compañía para contribuir con la empresa. A mediados de los años 70, el segundo hijo, Gustavo Moya Albuja tomó un facturero y con determinación se ubicó en norte de la ciudad para montar una nueva sucursal en La América.
A inicios de los años 80, el local de La América se cierra y es trasladado a la Eloy Alfaro en donde las ventas crecieron en gran medida superando a la sucursal principal en el centro. A finales de la misma década, este negocio se traslada a un local propio ubicado en la Av. De La Prensa. De igual forma, el almacén del centro se cambia a Las Queseras del Medio. Ambos locales, emblemáticos de la empresa, ahora son parte de las 5 sucursales que se encuentran en la ciudad de Quito, distribuidos en el norte y valle de Cumbayá.
Moyabaca se ha diferenciado de la competencia por enfocarse en dar excelente servicio, además de ser pioneros en la implementación de tecnicentros. Adicionalmente, son innovadores al crear programas como el Club Moyabaca para fidelizar a los clientes y brindar beneficios diferenciadores como asistencia mecánica; servicios a domicilio y puerta a puerta, provisión de opciones de atención remota como la tienda en línea y asesorías a través de canales digitales, al poner en marcha sistemas tecnológicos enfocados en el servicio técnico, gestionando sistemas de mantenimiento futuro y proyectado de vehículos basados en segmentación CRM y campañas de mercadeo directo.
La compañía se ha destacado porque en la familia Moya la adrenalina corre por sus venas y es apasionada con el automovilismo, visión que se transmite en la Empresa. Las 3 generaciones han participado en competencias de autos con mucho éxito. En el mundo automotriz el apellido Moya es muy reconocido gracias a toda la emoción y afición que han tenido a lo largo del tiempo por las carreras y los vehículos.
La historia de Moyabaca está muy ligada a la fábrica de llantas en Cuenca, ahora propiedad de la multinacional de origen alemán Continental A.G. Moyabaca ha podido incrementar sus ventas apoyando a sus clientes en el mantenimiento preventivo, el funcionamiento y la seguridad de sus autos. Hoy en día, la tercera generación de la familia está gestionando la empresa y sigue brindando el mejor servicio a todo su público basándose en los valores de profesionalismo, franqueza y transparencia. La pasión por el servicio es la motivación en Moyabaca.