Más duración de los neumáticos. Unos de los grandes problemas del desgaste de los neumáticos es el rodaje a baja presión, sobre todo debido a la poca atención que prestamos al mantenimiento mirando las presiones.
Las moléculas del nitrógeno son de mayor tamaño que las moléculas del oxígeno, por lo que evita perdidas de presión, por ejemplo por las válvulas, pequeños poros o unión llanta neumático. El oxígeno se disipa unas 3 veces mas rápido que el nitrógeno aproximadamente.
El nitrógeno es un gas seco y no contiene humedad, por lo que alarga la vida de los neumáticos y llantas, evitando corrosiones internas.
Mejora el comportamiento de los neumáticos, ya que la presión y la temperatura de funcionamiento se mantiene mas estable.
Se consigue un ahorro de combustible, y ello redunda en una reducción de las emisiones de CO2.
Para usuarios exigentes y para pilotaje en circuito, es un buen aliado, ya que mantiene mejor las prestaciones y temperatura de los neumáticos.